El asado



Llegó de nuevo, se lo veía desganado casi que sin ánimos de entrar, era fin de año y claro que todos estamos cansado. Aún así se acerco al grupo y habló de nuevo del asado. Otra vez lo del asado... no sé, creo que ya debe ser un deja vu... no puede ser que ocurra siempre lo mismo y que solo yo me dé cuenta que se repite una y otra vez.


Ahora va a decir: chicos, nos tenemos que juntar, hay que organizar algo. En el parque que está cerca de mi casa hay unas parrillas que se pueden usar.


Ahora Helena va a decir que sí; que sí hay que hacer algo, pero que hay que organizarse. Luego va a repartir las tareas, los hombres las bebidas, las mujeres las ensaladas, todos algo de dinero para la carne, uno se compromete en comprarla, otro en llevar el carbón... y yo voy a seguir sin saber dónde queda ese parque del que creo que ya escuché más de veinte veces en lo que va del año.


Todos se ponen contentos, dicen que esta vez si se va a hacer, que va a estar bueno; me verán callado y aturdido y me preguntarán... Estás bien, vas a venir?


Aunque en el fondo siento un enorme deseo de decirles: Chicos, déjense de joder, no nos vamos a juntar un carajo, sean sinceros de una buena vez, esto es una joda siempre; contestaré sin entender porqué: que sí, que estaría bueno juntarnos y que voy a llevar una sprite y unas galletas caseras.


Siento la mano de José que se detiene sobre mi hombro; interrumpe mis pensamientos y dice: chicos, nos tenemos que juntar, hay que organizar algo. En el parque que está cerca de mi casa hay unas parrillas...


Y lo dejo de escuchar, mientras pongo cara de hacerlo, total ya sé lo que van a decir... pero ahora pienso, si en realidad no soy yo el único que vive estos deja vu una y otra vez; y somos todos victimas de estar presos en este bucle sin fin del que sólo una respuesta sincera nos podrá sacar para siempre.


Para otro de los concursitos que participo, tema: Hipocresía.