El tiempo; el tiempo no para


Me desperté, no estaba cansado, era temprano y aún los despertadores no habían sonado, estaba despierto, bien despierto.
Apago los despertadores, me pego una ducha. Desayuno, todavía con el pelo mojado, goteando. Leo las noticias, varias son interesantes, ninguna indignante, todavía era temprano.
Me despido de mi gato y me voy en sigilo para no despertar a nadie. No despierto a nadie.
Saco el boleto del tren y antes de sentarme a esperarlo ya había llegado, estaba casi vacío, entramos todos y sobraron lugares, nadie tuvo que viajar parado. Nadie.
Llegué a la facultad temprano, entré al aula, saludo y al poco tiempo inicia la clase, es amena y termina en hora. Regreso a casa, almuerzo, me tomo una siesta, leo, estudio, ligero y muy fresco.
Miro el reloj, es hora, salgo hacia el lugar de encuentro, llego puntual, también ellos, es raro. Es muy raro.
Jugamos y tomamos algo, charlamos y nos pusimos al tanto de varias cosas, es temprano, aún hay tiempo. Todavía hay tiempo. Seguimos jugando hasta que, en el momento justo, se hizo la hora.
Nos despedimos, me alcanzaron a casa, entré, hablé con ella, las gatas se habían portado bien y su día había sido lindo, me extrañaba.
Cené, miré algo divertido en la tele, aún era temprano, me cepillé los dientes y me acosté.
No estoy cansado, me siento bien, pero sé y siento que voy a poder conciliar el sueño cuando yo quiera, sin ningún drama. Lo pienso, lo sé, pero no me importa; no es normal, pero no me importa, no me importa.
Me duermo.
 Otro texto para los concursos, esta vez un tema "raro", Lo paranormal.